Por Diane R., Nevada

En 2021, mi marido, Larry, y yo nos encontramos sentados en un centro médico esperando los resultados de sus pruebas. El médico entró y nos dijo que a Larry le habían diagnosticado la enfermedad de Alzheimer. Estábamos muy asustados. Aunque se trataba de una enfermedad frecuente relacionada con la demencia que afecta a tantas personas de la tercera edad, aún no se había desarrollado un tratamiento universal.
Al principio, los síntomas de Larry tardaron en manifestarse, y aún podía manejar sus actividades cotidianas por sí mismo. Por desgracia, tal como esperábamos, su salud empeoró drásticamente y tomé la decisión de convertirme en su cuidadora a tiempo completo.
Cada día me aseguraba de que Larry tuviera todo lo que pudiera necesitar. Le llevaba a las citas médicas, recogía sus medicamentos en la farmacia y le ayudaba físicamente en casa. Algunos días eran llevaderos, pero tuvimos muchos momentos duros y difíciles, y se me partía el corazón al verlo en esta afección.
De lo que muchos no se dan cuenta es del impacto que puede tener en el cuerpo y la mente el hecho de ser cuidador a tiempo completo. En mi caso, desarrollé un dolor de espalda crónico por ayudar a Larry a subir las escaleras y levantarlo de la cama. Me costaba hacer las tareas domésticas e incluso me sentía aislada de amigos y familiares porque siempre tenía miedo de separarme de él.
A medida que la afección de Larry empeoraba, llegué a un punto en el que ya no podía cuidar físicamente de él yo sola. Busqué opciones, como asistentes de enfermería a domicilio, pero después de varias conversaciones con mi familia, decidimos que Larry estaría mejor en una unidad de cuidados de la memoria a tiempo completo. Fue una decisión desgarradora, pero al final supe que era lo mejor para él.
Aunque en el momento del diagnóstico de Larry no había tratamientos disponibles para ayudar a disminuir la aparición de sus síntomas de Alzheimer, estoy agradecida de que ahora exista un tratamiento aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos (Food and Drug Administration, FDA) para las primeras fases de esta enfermedad para los pacientes y de que haya más medicamentos en desarrollo por parte de los investigadores biofarmacéuticos.
Tenemos la suerte de vivir en una época en la que la ciencia nunca ha sido tan prometedora. Espero que los líderes electos de nuestra nación no olviden a pacientes como mi marido, que cuentan con el liderazgo biofarmacéutico de Estados Unidos para apoyar los avances en medicina.
Espero por mi marido y por los futuros pacientes que pronto haya nuevas opciones de tratamiento, para que nadie tenga que sucumbir nunca más a esta horrible enfermedad.